La verdad es que...

Ser un romántico 2.0 es increíble, pues se vive y siente de una manera distinta, aunque con mucho más pasión.

Imagínense a la Julietita en cuestión aplastada en un Starbucks con su Cream Frappuccino y laptop entre las rodillas. De pronto recibe una mention en Twitter, de un Romeíto que la hace suspirar, (awwwww) que dice algo parecido a: @Julietita ¡Me la pasé incre contigo, un beso!

Bueno, ni les cuento que Julietita gritará el awww seguido de un jijijiji para que sus amigas le pregunten interesadísimas ¿qué te pasa bitch? (voz ronquita como de Paulina Rubio por favor)

Lo siguiente está más interesante pues es el salto al DM. El nivel de intimidad está tan avanzado que los mortales no somos dignos de enterarnos de la melcocha. Julietita temblará al leer la notificación de que hay un nuevo mensaje esperando a ser leído, da incesantes clics y finalmente se derrite en su silla (o sofacito) cuando lee: “Te juro que es verdad, no te puedo sacar de mi mente”.

Ya el pastel está a punto de salir del horno cuando de pronto la tecnología nos sorprende con una nueva Red Social llamada formspring, en donde el anonimato permite hacer preguntas coquetonas y llenas de amor, como: ¿Te gusta alguien de Twitter? ¿Quieres ser mi novia? ¿Me besarías? ¿Saldrías conmigo?

Es ahí en donde entra un juego de espías para ver qué tan inteligente es la parte acosada, para descifrar quién es su Romeíto, que tanto la ama y la quiere convencer en un mundo 2.0.

Ella obviamente tiene sospechas pero no lo puede soltar directamente, mucho menos ante todos. Entonces el paso siguiente consiste en ir al olvidado Messenger. Julietita comenzará una charla amena de lo más casual con su supuesto Romeíto y ya dependerá de su astucia, para ver cuánto tarda él en confesar su amor.

¿No está cargado de pasión? Y eso que aún no terminamos.

Si la química 2.0 se lleva a un plano 1.0, ya se está del otro lado. Romeíto y Julietita decidirán cuándo será el gran día en que los dos pongan en Facebook el cambio de su estatus sentimental a “En una relación con…”

Qué hermoso.

Bueno, eso o que el sarcasmo ha muerto es lo mismo.

Por Dovich Shavadú